El Retiro Diocesano Carismático “Despierta tus Dones y Carismas con la Gracia de Dios” tuvo lugar el sábado 9 de noviembre de 2024 en el gimnasio de la Parroquia San Pablo, Allentown.
Fue un día enfocado en la fe, renovarse en el Espíritu Santo, y redescubrir los dones que Dios otorga a cada uno de sus hijos.
Bajo la animada dirección del ministerio musical Discípulos de Emaús, que guiaron a los asistentes con alabanzas y música de adoración, el retiro comenzó invocando al Espíritu Santo y alabando a Dios en un ambiente de comunidad, fe y devoción.
El objetivo del retiro fue que los participantes descubrieran sus dones y carismas, y aprendieran a usarlos para el servicio de Dios y de sus comunidades.
Hubo alabanzas y el evento continuó con el momento culminante del día, que fue la celebración de la Santa Misa.
El retiro contó con la destacada participación del Padre Jaime Alberto Pérez Villegas, sacerdote de la Diócesis de Manizales, Colombia.
Durante el retiro, el Padre Jaime compartió sus conocimientos y su experiencia pastoral en una serie de reflexiones y enseñanzas.
Habló sobre la importancia de reconocer y utilizar los dones espirituales que Dios otorga a cada persona.
Su mensaje resonó con profundidad entre los asistentes, motivándolos a no solo identificar sus dones y carismas, sino a ponerlos en acción al servicio de los demás.
Uno de sus puntos fue que “no hay que estar totalmente sano para servir”, señalando que Dios otorga sanación a través del servicio y la entrega a los demás.
Este mensaje alentador ofreció esperanza a muchos de los presentes, que expresaron el ánimo que sentían al considerar que sus dones podían ser útiles para la comunidad eclesial.
“El servicio es una aventura de amor”, expresó el sacerdote, refiriéndose a la idea de que cuando uno no pone al servicio y ni ejerce los dones y carismas otorgados por el Señor, está privando a la comunidad de ese amor que necesita.
Los participantes encontraron en sus palabras un llamado directo a compartir sus talentos y habilidades en beneficio de los demás.
La jornada concluyó con un emotivo momento de adoración a Jesús en el Santísimo Sacramento.
Los asistentes se unieron en oración y contemplación, bendiciendo y adorando al Señor.
Este momento fue el broche de oro para un día cargado de fe, que culminó con todos los presentes unidos en un mismo espíritu de agradecimiento y alabanza.
Más allá de la inspiración y la motivación, este evento se convirtió en un llamado a vivir la fe de manera activa y comprometida, poniendo los dones de cada persona al servicio de la Iglesia y de la comunidad.
Fotos por Jean Vargas.