Por Joe Bukuras
(CNA) - ¿Qué tienen en común San Juan Pablo II y Santa María Faustina Kowalska? Ambos se convirtieron en santos y fueron instrumentales en la institución del Domingo de la Divina Misericordia, que ofrece muchas gracias a los fieles.
Cuando el Domingo de la Divina Misericordia vuelva este año, los fieles tendrán la oportunidad de refugiarse en las profundidades de la misericordia de Cristo al recibir una indulgencia plenaria o parcial.
Aquí hay algunos datos sobre el Domingo de la Divina Misericordia, incluida la orientación de la Iglesia sobre cómo recibir indulgencias en este día:
¿Qué es el Domingo de la Divina Misericordia?
El Domingo de la Divina Misericordia es el domingo después de la Pascua de cada año. El Domingo de la Divina Misericordia fue anunciado por primera vez en una homilía el 30 de abril de 2000, dada por el Papa Juan Pablo II para la Misa que celebraba la canonización de María Faustina Kowalska.
Santa Faustina Kowalska fue una monja polaca que recibió mensajes proféticos de Cristo. Estos mensajes incluían revelaciones sobre la infinita misericordia de Dios, denominada "la misericordia divina", y su obligación de difundir el mensaje al mundo como se registra en su diario, "La Divina Misericordia en Mi Alma".
El difunto papa dijo en su homilía que "la luz de la misericordia divina, que el Señor quiso volver a entregar al mundo mediante el carisma de sor Faustina, iluminará el camino de los hombres del tercer milenio."
Juan Pablo II concedió indulgencias plenarias y parciales a los fieles que observaban ciertas prácticas piadosas el Domingo de la Divina Misericordia cada año en un decreto de junio de 2002. Hizo esto para inspirar a los fieles en la devoción a la misericordia divina.
¿Qué es una indulgencia?
Una indulgencia es la remisión del castigo temporal debido a los pecados que ya han sido perdonados, y puede ser plenaria o parcial.
Indulgencia plenaria
Una indulgencia plenaria se puede obtener yendo a una iglesia el Domingo de la Divina Misericordia "con un espíritu completamente desapegado del afecto por un pecado, incluso un pecado venial", y participando en las oraciones en honor a la Divina Misericordia, dice el decreto de 2002.
Esas prácticas podrían consistir en devociones como la coronilla de la Divina Misericordia, la Adoración Eucarística y el Sacramento de la Confesión.
Los fieles también podrían visitar el Santísimo Sacramento ya sea expuesto o en el sagrario y recitar el Padre Nuestro, el Credo de Nicea (el Credo largo) y una oración devota a Cristo. El ejemplo de una oración devota que se da en el decreto es "¡Jesús misericordioso, confío en ti!"
Para recibir la indulgencia, también deben cumplirse las tres condiciones habituales de ir a Confesión, recibir la Comunión y rezar por las intenciones del Santo Padre. Aunque es apropiado que los dos Sacramentos se reciban el mismo día, la Iglesia permite que se reciban hasta unos 20 días antes o después del día en que se realiza la obra indulgenciada.
¿No puedes ir a una iglesia? No tengas miedo.
Para los enfermos u otras personas que no pueden ir a la iglesia ese día, aún se puede obtener una indulgencia plenaria. Uno debe tener la intención de confesarse, recibir la Comunión y rezar por las intenciones del Santo Padre lo antes posible, mientras reza un Padre Nuestro y el Credo de Nicea frente a una imagen de Jesús. Además, uno también debe rezar "una invocación devota" a Cristo como "¡Jesús misericordioso, confío en ti!"
Para aquellos fieles que tampoco pueden cumplir con esas obligaciones, aún es posible obtener una indulgencia plenaria. Si "con una intención espiritual" las personas se unen a todos los fieles que esperan obtener la indulgencia a través de las oraciones prescritas, y ofrecen una oración y sus sufrimientos a Cristo, entonces pueden obtener la indulgencia plenaria. También deben tener la intención de ir a confesarse, recibir la Comunión y rezar por el papa lo antes posible.
Indulgencia parcial
Se otorga una indulgencia parcial a los fieles que ese día recen "una invocación legítimamente aprobada" con un corazón contrito. Como está escrito en el decreto, esta invocación podría ser "¡Jesús misericordioso, confío en ti!"
