Con mucha esperanza, alegría y música en vivo, cerca de 70 personas de la comunidad de Reading se reunieron durante el fin de semana del 26 y 27 de abril en el Centro Hispano para vivir un retiro espiritual centrado en la inagotable Misericordia de Dios.
Justo Sánchez, organizador y líder de esta iniciativa, manifestó: “La Fiesta de la Divina Misericordia es la única fiesta instituida por el mismo Jesucristo. Él le dijo a Sor Faustina Kowalska que quería que la Fiesta de la Divina Misericordia se celebrara el primer domingo después de la Pascua.”
Sánchez comentó: “Para mí, lo más gratificante, aquello que me llena de profunda alegría, es presenciar cómo tantas personas se acercan al Sacramento de la Reconciliación en esta fiesta tan especial. A mí nunca me ha tocado tanto como hace unos años atrás, cuando se confesaron personas que me dijeron que nunca se habían confesado después de niños y ya tenían más de 60 años. Otras personas llevaban 25 años sin confesarse, y otras, 15 años.”
A lo largo del día, se impartieron reflexiones que invitaron a una espiritualidad y se abordaron temas sobre la tentación y el pecado, recordando la fragilidad humana y la necesidad de conversión constante. Acto seguido, los participantes reflexionaron sobre el poder liberador del Sacramento de la Reconciliación.
Muchos fieles participaron en el Sacramento de la Confesión, facilitando un encuentro personal con la Misericordia de Dios. Los confesores fueron los monseñores Thomas Orsulak (párroco de la parroquia de San Pedro Apóstol en Reading) y William Baker (vicario auxiliar de la misma parroquia).
Otros temas incluyeron el significado de la Sagrada Eucaristía como banquete de gracia y la vivencia del amor auténtico. Por la tarde, se realizó un foro donde residentes de Hogar Crea, un programa de rehabilitación, compartieron sus testimonios de fe y transformación. La jornada concluyó con la Coronilla de la Divina Misericordia y cantos de confianza en Jesús.
El segundo día fue una experiencia de alabanza y formación, centrada en el amor inmenso de Dios, la Misericordia como corazón del Evangelio y la intercesión de los santos. Después del almuerzo, se ofreció una enseñanza sobre la fuerza transformadora del Espíritu Santo, culminando en una oración preparatoria para la Santa Eucaristía, que se celebró en la Iglesia de San Pedro Apóstol, Reading. Dicha celebración fue presidida por Monseñor Orsulak.
Este retiro se ha convertido en una tradición en los últimos cinco años, y muchos fieles siguen beneficiándose de las gracias derramados en este día. Juanita Morales, miembro del equipo organizador del retiro, expresó: “Yo creía que mis pecados eran tan grandes que no podía volver a la Iglesia; pensaba que el Señor no me iba a perdonar. Pero cuando aprendí sobre la Misericordia de Dios, mi vida cambió totalmente.”
Los participantes fueron invitados a cumplir con ciertos requisitos para recibir gracias espirituales, como estar en estado de gracia, recibir la Sagrada Comunión, confiar en Dios, practicar el amor al prójimo y acercarse a Cristo. Además, se destacó que la Iglesia concede una indulgencia plenaria en este día, eliminando la culpa y pena temporal para quienes cumplen con los requisitos establecidos.
El retiro brindó a los asistentes un espacio para escuchar a Dios y poner su confianza en Su Divina Misericordia.
Fotos por Waldo Alvarado.