Noticias de la Diócesis de Allentown

El Obispo Schlert Celebra la Misa de Apertura del Año Jubilar de la Esperanza

Peregrinos de todos los rincones de la Diócesis viajaron a Allentown el 28 de diciembre para compartir un momento histórico para la Iglesia Universal – la apertura del Año Jubilar de la Esperanza.

El Obispo Alfred Schlert fue el celebrante principal de la Misa. Todo dio inicio cuando personas representantes de las parroquias y de las escuelas diocesanas entraron a la Catedral de Santa Catalina de Siena, Allentown, en una procesión encabezada por un hermoso e histórico crucifijo que servirá como símbolo del Año Jubilar en nuestra Diócesis.

"Nos reunimos esta noche en un momento trascendental, mientras la Iglesia se embarca en el Año Jubilar de la Esperanza, un año de gracia, misericordia y renovación", dijo el Obispo Schlert a los sacerdotes, diáconos, religiosos consagrados y fieles laicos que llenaron la Catedral.

La Liturgia incluyó pasajes de la Bula Papal de Indicción, el documento leído por el Papa Francisco para anunciar el Año Jubilar.

"Las palabras del Papa contienen un poderoso llamado a la oración, a la caridad y a la justicia", dijo el Obispo en su homilía, "porque la verdadera esperanza no es pasiva. Actúa. Sana. Construye. Transforma."

El Año Jubilar no es solo un tiempo de celebración, dijo el Obispo, sino también "un momento sagrado en el que estamos invitados a experimentar la gracia transformadora de Dios". Además de su llamado a la sanación, la reconciliación y la renovación, el Año Jubilar también es "una invitación a recobrar la profunda esperanza que tenemos en Cristo, quien es la fuente de toda nuestra alegría", dijo el Obispo.

"En un mundo frecuentemente marcado por la división, el sufrimiento y la incertidumbre", dijo, "la esperanza es la luz que disipa la oscuridad". Dijo que el Año Jubilar nos anima a "mirar más allá de las luchas pasajeras pero reales de la vida y recordar las promesas eternas de Dios", y a llevar la esperanza unos a otros buscando la reconciliación con aquellos a quienes hemos herido, o nos han herido.

"Al comenzar este Año Jubilar de la Esperanza", dijo el Obispo, "nos preguntamos, '¿En qué área de mi vida necesito permitir que la esperanza de Dios se abra paso? ¿Dónde he permitido que la desesperación nuble mi visión? ¿Dónde me he alejado de la luz del amor de Dios? Este es un tiempo para volver al Padre, para despertar a los dones de la esperanza, y para compartir esa esperanza con el mundo que nos rodea."

Los asistentes a la Liturgia de la Vigilia en una noche lluviosa y con niebla de finales de diciembre se unieron en solidaridad espiritual con los católicos de todo el mundo, ya que las misas para inaugurar el Año Jubilar de la Esperanza se celebraron el mismo fin de semana en todas las catedrales del mundo.

El llamativo crucifijo que encabezó la procesión hizo su debut en la Misa de Apertura de manera espectacular cuando fue elevado a su altura total de catorce pies sobre un alto báculo en la parte posterior de la iglesia. Presenta relieves de los Cuatro Evangelistas – Mateo, Marcos, Lucas y Juan – y su color dorado es resaltado por partes en color magenta y acentos en verde.

La Iglesia Católica celebra un Jubileo cada 25 años (y ocasionalmente con más frecuencia, como con el Jubileo Extraordinario de la Misericordia declarado por el Papa Francisco para el 2016). Este Jubileo marcará el 2,025 aniversario de la Encarnación de nuestro Señor, cuando Dios se hizo carne en la persona de Jesucristo.

El Papa Francisco dijo que escogió la esperanza como tema porque el mundo está sufriendo los efectos continuos de la guerra, las secuelas persistentes del Covid y una crisis climática. En Roma, el Papa inauguró el Año Jubilar abriendo las puertas principales de la Basílica de San Pedro en Nochebuena.

El Obispo Schlert concluyó la liturgia del Año Jubilar en Allentown con su propia esperanza para todos en la Diócesis: "Les deseo no solo un feliz y santo Año Nuevo, sino un santo Año Jubilar, un año en el que verdaderamente comprendamos y sintamos la esperanza que nuestro Señor nos ofrece a través de Su Pasión, Muerte y Resurrección, y a través del abrazo maternal de nuestra Iglesia Católica y de nuestra Santísima Madre."

"Así que juntos, como peregrinos en esta tierra y también como peregrinos a lo largo de este año de gracia", dijo, "pedimos al Señor que esté con nosotros y nos ayude a crecer en fortaleza como una misma Familia de Fe Católica Romana."

Fotos por Norm Steinruck

Para los católicos, la esperanza es un don de Dios, un anhelo de la vida eterna y el Reino de los Cielos. A lo largo de este Año Jubilar de la Esperanza, examinaremos cómo la esperanza se encarna en los Sacramentos y a través de los importantes ministerios de la Diócesis. Esté atento a los artículos durante todo el año.


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