La Parroquia de la Santa Infancia en Belén acogió el brazo de San Judas Tadeo, amado Santo y Apóstol de Jesucristo.
Más de dos mil personas se congregaron afuera de la iglesia y alrededor de la cuadra de 1 a 10 p.m. el 7 de noviembre para pasar un breve momento con este poderoso santo.
Llevando peticiones de oración aparentemente desesperadas, los veneradores pusieron sus manos, tarjetas de oración, rosarios, anillos de boda y fotografías de sus seres queridos sobre el cristal del relicario.
Los estudiantes de la Escuela de la Sagrada Infancia tuvieron la oportunidad de venerar la reliquia antes de que se abrieran las puertas al público y asistieron a un discurso especial del Obispo Alfred A. Schlert.
“Es un honor para nuestra Diócesis que nos visite la reliquia del Apóstol San Judas. Las reliquias forman parte del Tesoro Espiritual de la Iglesia. Nos recuerdan que los santos eran personas reales que vivieron en la tierra como nosotros y ahora están en el cielo, donde esperamos estar algún día”, dijo el Obispo Schlert.
El brazo fue traído a la Diócesis por el Padre Carlos Martins, Custos Reliquiarum (cura de reliquias designado eclesiásticamente) y Director de Tesoros de la Iglesia.
“Las almas de los santos en compañía de Dios están siempre igual de presentes en su reliquia”, dijo en su homilía de las 7 p.m. durante la misa en honor a San Judas. "La presencia de San Judas estará permanentemente unida a ella. Permitan que sea tocada por la persona necesitada. San Judas responderá”, instó a la congregación.
El Padre Martins explicó que este famoso santo no siempre fue tan popular, debido a que compartía un primer nombre con Judas Iscariote. Durante años, los católicos se negaron a orar a San Judas, pensando erróneamente que sus oraciones irían a Judas, el traidor. Pero cuando sus peticiones a otros santos quedaron sin respuesta, finalmente rezaron a San Judas como último recurso. El Padre Martins dijo, para su sorpresa, San Judas “atendió a todas esas peticiones. Se convirtió en el patrono de los casos y situaciones desesperadas, porque a él sólo se le daban casos y situaciones desesperadas. Ahora es sencillamente uno de los santos más queridos de la Iglesia”.
El Padre Martins animó a cada asistente a decirle específicamente a San Judas: “Acepto tu amistad, acepto tu regalo”, mientras lo veneraban y tocaban el cristal para recibir sanación.
Según el Padre Andrew Gehringer, Párroco de la Parroquia de la Santa Infancia, “el objetivo es que esta visita dé esperanza a la gente”.
La fila para venerar permaneció hasta las 10 p.m. y miles de personas regresaron a casa con un nuevo amigo y una esperanza renovada en San Judas.
La reliquia de San Judas visita la Parroquia de la Sagrada Infancia en Belén
