Por Guelmis Tavarez
Un grupo de fieles del Sagrado Corazón, Allentown se reunieron a celebrar la séptima noche de las posadas el viernes 22 de diciembre en casa de la Sra. Máxima a las 6:30 p.m. en Allentown. Entre cantos, reflexión, y fraternidad, preparaban su corazón para la llegada del Salvador.
La Sra. Socorro, encargada de las Piadosas de Pueblo 1, título oficial del grupo, programa las posadas anualmente. Su deseo es llevar la gran alegría que nos ha nacido un Salvador por nosotros y para nosotros.
Esta noche fue de gran crecimiento espiritual donde se meditó sobre la vida de San José y sus grandes virtudes. Cada uno compartió lo que San José nos enseña y como nos ayuda a vivir una vida llena de santidad, entrega y justicia.
La historia de las posadas tiene un origen religioso basado en el peregrinaje de María y José quienes solicitaron albergue desde su salida de Nazareth a Belén para el nacimiento de su hijo, Jesús. Aunque las posadas se celebran en varios países latinoamericanos, para este grupo la tradición comenzó con la madre del Sr. Toribio, músico del grupo, quien “iba con su niñito [Jesús] caminando de casa en casa” en Puerto Rico.
Hace aproximadamente 50 años que comenzaron a celebrarse en Allentown dichas posadas, reuniéndose en diferentes hogares entre 20 a 50 personas de todas las edades con la intención de preparar el corazón para vivir la Navidad con propósito.
La celebración, que duró aproximadamente una hora y media, fue una noche dinámica que ofreció momentos de oración, cantos, meditación y el rezo del Santo Rosario. Pidieron por la paz del mundo entero, y cada uno tuvo la oportunidad de tener la imagen del Divino Niño Jesús en sus manos para besar su frente y hacer una petición personal.
Entre música, reflexión, villancicos y chocolate caliente las posadas se celebran en las casas desde el 16 de diciembre en horas de la noche hasta el 23 de diciembre. Terminan con la Misa el 24 de diciembre en la Parroquia del Sagrado Corazón, Allentown, haciéndose así 9 noches de posadas por el pueblo.
Uno de sus frutos es que las personas que han dejado de ir a la Iglesia comienzan a asistir a la Misa después de su participación en las posadas. Cuenta el Sr. Toribio que han visitado familias donde hay enfermos o hay dolor por la pérdida de un ser querido, y cuando ellos llegan “se ve la alegría. No somos profesionales, pero somos servidores del Señor.”
Las Piadosas de Pueblo 1 representan un grupo de Allentown. De acuerdo con la Sra. Socorro, hay grupos en otras áreas que también celebran las posadas anualmente. Las posadas se celebran en otras parroquias de la Diócesis de Allentown como en San Patricio, Pottsville.