Su Excelencia, el Reverendísimo Alfred A. Schlert, ofrecerá hoy, lunes 21 de abril de 2025, a las 12:15 p.m., el Santo Sacrificio de la Misa en la Catedral de Santa Catalina de Siena, en Allentown, por el eterno descanso del alma de Su Santidad el Papa Francisco. Todos están cordialmente invitados a asistir.
La siguiente es una declaración de el Reverendísimo Alfred A. Schlert, Obispo de Allentown, con respecto al fallecimiento de Su Santidad el Papa Francisco:
Junto con el clero, los religiosos, los fieles y todas las personas de buena voluntad, nosotros, la Diócesis de Allentown, nos unimos a la Iglesia Universal en el duelo por el fallecimiento de Su Santidad el Papa Francisco, ocurrido el lunes 21 de abril de 2025, aproximadamente a las 7:35 a.m. en Roma.
Tras ser elegido como el 266.º Papa el 13 de marzo de 2013, el Papa Francisco encarnó el llamado a la misericordia que vemos reflejado tantas veces en Cristo a través de los Evangelios.
Al ser elegido Vicario de Cristo, el Cardenal Jorge Mario Bergoglio, de Argentina, tomó el nombre de Francisco en honor a San Francisco, a quien se le dijo en la iglesia de San Damián: “Reconstruye mi Iglesia”.
Cada época tiene sus luchas, pruebas y tentaciones, y el siglo XXI no es la excepción. Tiene ante sí la tarea de desarrollar estrategias y métodos para llevar el Evangelio a un mundo en constante cambio. El Papa Francisco priorizó el método del acompañamiento, llegando tanto a quienes están dentro de la Iglesia como, especialmente, a quienes se encuentran en su periferia.
Durante su pontificado, el Papa Francisco también abrió las puertas al diálogo con muchos. Recordó a los fieles que la Iglesia es un hospital para los pecadores, no solo para los santos y justos, transmitiendo esperanza a quienes se sienten alejados de Cristo.
Que este Año Jubilar, que Su Santidad el Papa Francisco inauguró antes de su partida, sea un año de verdadera confianza en el Evangelio y en las palabras del profeta Jeremías: “Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su esperanza en Él” (Jeremías 17,7).
Que el Papa Francisco goce del descanso eterno, y que su alma, junto con las almas de todos los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descanse en paz.
El Reverendísimo Alfred A. Schlert, D.D., J.C.L.
Obispo de Allentown
